viernes, 30 de noviembre de 2012

Yo pinto mi mundo

Pues sí, yo que soy más chula que nadie, pinto mi propio mundo tal y como yo quiero. Con 18 primaveras, mi mundo se reduce a las cuatro paredes que me rodean ahora mismo: mi habitación. ¿Porqué digo ''mi mundo''? Cuando decimos habitación, solemos pensar en un cuarto de la casa con una cama para dormir y un armario para guardar nuestra ropa. Pero yo creo que es mucho más que eso. Es nuestro refugio, nuestro lugar feliz. Seguro que cualquiera de los que leáis esto, habéis puesto durante el apogeo de vuestra pre-adolescencia el típico cartel de ''No pasar. Llamar antes de entrar. Gracias''. Es nuestro territorio, sólo nuestro, y no queremos extraños cruzando nuestras fronteras sin nuestro beneplácito. Cuando las hormonas están alteradas y piensas que eres una pobre desgraciada, que el  mundo te odia, que nadie te comprende, ahí está tu cama para acogerte, tus cojines dispuestos a que los abraces en tu llanto, o a que los deformes a puñetazos (cada una libera su dolor como quiere). Cuando subimos a nuestras amigas a casa y nos encerramos en nuestra habitación, siempre acabamos enseñándoles los nuevos trapitos que nos hemos encontrado a un precio maravilloso, pero no sólo enseñamos nuestra ropa, sino una parte de nosotras mismas, nuestro estilo, cómo nos gusta ser. Pero eso no sólo se ve en la ropa, si no en todos los objetos que decoran tu habitación. Tal vez esto recuerde un poco al frikiprograma ese de la MTV de ''Next Room'', en el que chico busca chica (y viceversa), y de sus candidatas, todavía desconocidas para él, elige a una según lo que haya podido observar en su habitación.
Podemos saber si una persona es desordenada o recogida, si le gustan las cosas sencillas y tener sólo lo necesario, o por el contrario, le gusta coleccionar todo tipo de objetos; si es del Atleti o del Rayo Vallecano, si le gustan los animales, los coches.... e incluso ideas políticas y nivel económico. Esto se debe a que poco a poco vamos añadiendo fotos, pegatinas, trastos, entradas de conciertos...pequeños objetos que pueden parecer insignificantes para los demás pero que sin embargo para nosotros encierran un gran significado... o que simplemente están ahí pues porque tampoco nos ha dado por quitarlos. Pero claro, el tiempo pasa y pasa, y como dice aquella célebre frase, hay que renovarse o morir. Por lo tanto, ahora me veo yo, con 18 años y con una habitación bastante peculiar. El estilo no sabría definirlo, simplemente muy ''yo''. Osos de peluches, la enciclopedia que le regalaron hace mil años a mi padre en el banco, luces de colores, los cuadros de petit point que le hizo mi tía a mi madre cuando nací, pósteres de gatos y perros, pingüinos que brillan en la oscuridad (sí lo se, deseáis tener unos de estos), dibujos de primos míos que desde su mente inocente no son conscientes de lo que puede parecer una regadera con gotitas de agua chorreando, mosquitera sobre la cama al estilo princesita... Y yo en mi soledad, refugiada en el abrigo de mi cama, pienso que, tal vez, algún día, cuando los planetas se alineen y provoquen un tipo de milagro debido a su efecto supersónico que haga que encuentre novio, claro, pues algún día tendrá que subir el muchacho a casa y ver mi habitación (me imagino que para estudiar juntos, ver una peli, jugar con mis ositos de peluche... no más). Y claro, yo me pregunto, que qué pensará mi amado de mi cuando vea semejante panorama... Y a partir de esto yo me planteo la siguiente cuestión: ¿Sigo modas en cuanto a decoración juvenil, o la tengo como a mi me da la soberana gana? Tengo entendido que este año se llevan las paredes de color gris y blanco... fíjate... pues da la casualidad de que yo soy de las que le gustan los colores cuanto más chillones mejor. Así que, me despido diciendo que a tomar por culo. Mi habitación mis normas. Todo esto es YO, y a quien no le guste mi habitación, es como si yo no le gustase. Con lo que me ha costado crear mi mini-imperio... ¡Vamos hombre...! Pero cuidado, también he de decir, que hay ciertos límites; si resulta que somos un poco desordenados, vale que a lo mejor tengas la habitación desordenada, pero eso de entrar y encontrarte la ropa interior con zurraspa y todo ahí en el suelo tirada pues... Y nada más por hoy chiquillos y chiquillas, a decorar las paredes!! VIVA LA REPÚBLICA INDEPENDIENTE DE MI HABITACIÓN

2 comentarios: