Reflexiones mañaneras.

¿Es la creatividad innata o con un poco de inspiración todos podemos desarrollarla? 
Es en circunstancias extremas cuando la creatividad sale a relucir. Necesitamos diferenciarnos de los demás, sentirnos diferentes, destacar por encima de esa masa que ya anticipaba Ortega y Gasset, el individuo normal, mediocre y sin aspiraciones. Algunas personas se sienten bien dentro de este colectivo, se apoyan en la masa y comparten los mismos gustos, preferencias musicales, cinematográficas, tendencias en cuanto a forma de vestir y muchas otras cosas en común.

Pero debemos mirar más allá, buscar lo que no está inventado, crear, salir del rebaño y encontrar nuevas praderas en las que sembrar nuevas flores, y dejar que estas crezcan. Flores distintas y llenas de colorido, flores propias de un individuo creativo que no se conforma con amapolas o margaritas.

En la actualidad, tiempos de tempestad que nos cubren, nos encontramos en un momento en el que el único camino para revelarnos contra el destino que nos oprime es la creatividad, y en el periodismo, esto se multiplica por mil. Nuevos medios nacen cada día, unos tienen éxito y otros no, dependiendo de su grado de creatividad.

Estamos cansados de cabeceras que tratan temas políticos, que Bárcenas y su tribu ya han tenido suficiente protagonismo, que ya no quiero más información sobre Urdangarín porque si al menos me fuese a caer un piquito de su fortuna, que dejémonos de ruedas de prensa de Rajoy y sus militantes y encerrémoslos a todos en una jaula para que se encargue la leona Merkel de hacer su trabajo. Que el mundo está lleno de miseria y de odio, hipocresía y maldad. Que países que piden por la paz son los mismos que venden armas a aquellos que la detestan. Que todavía hay países en los que la mujer sigue luchando por sus derechos y otros en los que estamos llevando esta lucha hasta límites insospechados.

Mientras tanto, nuevos proyectos se gestan, individuos que más allá de lo que nos cuentan, piensan que no todo es caos y miseria, que existe un resquicio de esperanza y que lo que no saben o parecen saber los medios de comunicación, pero nos intentan ocultar es que, la cantidad de información que nos muestran, es proporcional a nuestras ganas de saber, de ponerle el punto a la i, y de cuestionar esa información, de plantearnos que todo está manipulado, que incluso la información que parece más objetiva, es la que ha sufrido la manipulación más extrema.

Personalmente, creo que estamos viviendo una nueva movida, pero esta vez no solo madrileña. Al igual que en los años 80, la sociedad se encuentra perdida pero parece que cree saber que va por el camino correcto, que a pesar de los que nos cuenten, yo no me creo el cuento chino de la cúpula del 15 M, porque los movimientos multitudinarios nunca tienen líderes, nacen del deseo y las ganas de toda una sociedad ávida por cambiar todo aquello que nos oprime.

Y la creatividad juega un papel clave en todo esto. En una de las manifestaciones a las que pude asistir contemplé pancartas de todo tipo, mensajes como “No hay pan para tanto chorizo” o ¿Se puede acampar varios días para ver a Hannah Montana pero no para defender nuestros derechos?

En la música desafortunadamente, no podemos decir lo mismo. Lo único que queda vivo es el rock, que con sus letras sigue despachándose a gusto contra nuestros políticos y gobernantes. Pero claro, es que Dylan y sus canciones protesta siguen dejando su huella. Los herederos del rock no han muerto. Lo demás que encontramos, ¿qué es?: Artistas que no son sino títeres de la SGAE, que cobran cantidades desorbitadas por sus derechos de autor, y cuyas canciones podríamos reproducir simultáneamente sin que fuésemos capaces de distinguir la una de la otra y cuyas letras, dejan mucho que desear y están exentas de toda crítica al sistema político que les da de comer, a esas instituciones que se encargan de alimentarles, su estómago y su ego.

Personalmente, tengo esperanza en que en este panorama va a a cambiar y en cuanto empecemos a ver cambios relativos a todas aquellas manifestaciones de cultura, podremos decir que estamos triunfando un poquito. Porque antes de revelarnos, tenemos que empezar por informarnos, concienciarnos, aunque sea difícil, por no decir casi imposible, convencer a todo el mundo de que en el pueblo está el poder y que no todo está perdido, que tenemos que empezar por cambiar nuestros valores, nuestras aspiraciones y nuestros horizontes para que una vez tengamos en nuestras mentes el peso de la cultura, la fuerza de todas ellas juntas será lo suficientemente sólida como para revelarnos contra todos aquellos que intentan moldearnos a su imagen y semejanza para conducirnos directamente y sin miramiento al oasis de la perdición y la desolación. Que muera la sociedad del espectáculo y triunfe la sociedad del conocimiento y la lucha de clases.